Isla de la utopía


Hace más de diez mil sueños que sueño...

2 comentarios:

Unknown dijo...

Este es el que más me gusta! Sin duda, siento que ahí está pintada mi infancia. No por creerme centro, sino porque la empatía con esta pintura es poderosa. Me produce fascinación. LA diferencia entre el mundo y la pintura (creo humildemente) es que al mundo, siempre lo asimiliamos como un aufera, aunque nacemos con el mundo adentro. La pintura, por el contrario, para el espectador es un afuera pero, por medio de la empatia, nos metemos dentro del cuadro y hacemos que las imagenes, aparentemente congeladas, cobren vida, cambien, se transformen. Los gestos siempre están por modificarse, todo es algo en potencia. Y la nena y el nene contemplando ese remolino de colores, sobre un fondo en donde yo veo el final de un atardecer, más allá de que tal vez no quisiste decir eso, es mi mundo utopico. El lugar a donde quiero volver siempre.

Unknown dijo...

Celia

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